Escucha nuestro podcast «Días de Radio» (Candil Radio) – 17/06/2021
La música nos acompaña desde nuestro nacimiento hasta nuestra muerte. Así ha sido desde los orígenes de la Humanidad. Nos evoca felicidad o tristeza. Ayuda a la diversión tanto como a la meditación. Sin embargo, algunas canciones están relacionadas con sucesos extraños e inexplicables que las han llevado a ser merecedoras del término “música maldita”.
¿Quién no disfruta de la música? Todos tenemos un gusto concreto. Podemos sentirnos más o menos identificados con un estilo definido. A algunos les emocionará Leonard Cohen más que Queen, o AC/DC más que Alfredo Kraus. Pero lo que sí es cierto es que, desde los orígenes de la Humanidad, la música ha sido utilizada para expresarnos, para obtener estados alterados de conciencia, para dotar de sentimiento o sacralidad algún evento social o, simplemente, para bailar y divertirnos.
Atendiendo a esto, el avance en la tecnología desde el fonoautógrafo de Scott de 1857, nos permite acceder a multitud de registros musicales, donde el momento de cantar sobre la música pareciese congelado esperando a que nosotros “demos al play”. Pero no siempre lo que rodea a esas composiciones es agradable. Como en todas las facetas de la Humanidad, también hay canciones que son merecedoras del término “música maldita”. Hoy os traemos algunos ejemplos de ellas.
«Stairway to Heaven», de Led Zeppelin.
El que es uno de los temas estrella y más conocido de este afamado grupo fue concebido como una oda a la primavera. ¿Qué hay más alegre que eso? Un comunicado musical de buenas vibraciones y felicidad. Sin embargo, algunos atendieron lo suficiente al verso “a veces las palabras tienen un doble significado”.
Un ministro baptista decidió escuchar el tema al revés, y descubrió lo que, para muchos, es un mensaje satánico: “Canto porque vivo con Satán. El Señor me repugna, no hay forma de escapar”.
Hay que decir que las partes implicadas negaron cualquier intención de comunicación subliminal, relacionándose este suceso con la pareidolia, que es un fenómeno que permite encontrar manifestaciones demoníacas ocultas.
«Hotel California», de The Eagles.
La inmensa mayoría de quienes estamos leyendo esto, simplemente con mirar el título, hemos comenzado a tararearla mentalmente. Es una de las obras musicales más reconocibles de la historia. Pero parece ser que su composición esconde una historia ciertamente aterradora.
Se cuenta que el miembro de la banda Don Henley escribió este tema inspirándose en un suceso que él mismo vivió en Baja California Sur, cuando en un hotel aceptó la invitación de una mujer a tomar una copa, él se retiró al baño, y al llegar, ella había desaparecido. Según parece, un trabajador del hotel le dijo que era una mujer que ya había fallecido y que su fantasma se aparecía de forma recurrente allí.
Metáfora de la cocaína, experiencia paranormal de Don Henley o metáfora satánica que hacía referencia a la localización física de la Iglesia de Satán, Hotel California es una obra que esconde una cantidad ingente de misterios.
La BSO de Pueblo Lavanda, de Junichi Masuda.
¡Una de videojuegos! Para toda una generación, la saga Pokemon es una de las más reconocibles y jugadas. En los primeros juegos (Rojo, Azul, Amarillo, Oro, Plata y Cristal) existía una localización conocida como Pueblo Lavanda, donde se visitaba el cementerio donde reposaban los restos de los animales fantásticos que habían fallecido.
La banda sonora que se escuchaba cuando se estaba en esta parte del juego de la mítica Game Boy creó algo conocido como el “síndrome de Pueblo Lavanda”. Era un sonido misterioso y triste, bastante creepy. Y ha conseguido un puesto muy destacado en la memoria gamer asociada con el terror.
Se llegaron a relacionar con esta música hasta 200 suicidios de menores de entre 7 y 12 años que habían interactuado con esta canción, debido a que sus oídos son muy sensibles y escuchaban unas frecuencias muy altas que provocaron esas actitudes en las víctimas.
«Exit», de U2.
Esta canción narra la vida de un asesino serial, Gary Gilmore. Lo terrorífico de esto no es el relato en sí, sino que esta pista del álbum “The Joshua Tree” sirviese como inspiración para las fechorías asesinas de Robert John Bardo (según él mismo afirmó), quien acabara con la vida de la actriz Rebecca Schaffer después de acosarla durante varios años. Actualmente está en prisión, condenado a perpetua.
«My Way», de Frank Sinatra.
Otra canción fácilmente reconocible. Escrita por Paul Anka para este célebre intérprete musical, ha sido versionada cientos de veces por multitud de artistas en muchísimos idiomas diferentes.
¿Dónde está la maldición de My Way? En lo ocurrido muchísimas veces en Filipinas. Parece ser que cuando personas anónimas la cantaban en los karaokes de la zona, desataba una gran violencia. Desde 2010, muchos negocios de este tipo la retiraron por miedo a más asesinatos.
¿Por qué provocará esta canción esos comportamientos? No pareciese a priori que su letra, y la bella voz de Sinatra, pudiesen estar relacionadas directamente con la muerte.
«Suicide Solution», de Ozzy Osbourne.
La oscuridad siempre ha girado en torno a los comportamientos histriónicos y extraños de Osbourne. Este tema, que no deja ningún atisbo de duda respecto a lo que comunica cuando se le escucha, hizo, según parece, que John McCollum, fan de Osbourne, se disparase en la cabeza mientras escuchaba el disco que contenía esta canción.
Su padre afirmó que su difunto hijo siguió las instrucciones de la canción de Ozzy, llevándose incluso a un proceso judicial. De ahí que este tema merezca, a nuestro juicio también, el título de música maldita.
«Gloomy Sunday», de Billie Holiday.
Un caso muy parecido al de la anterior canción. Este tema musical, de origen húngaro, fue prohibido en ese país debido a que se consideraba que incitaba al suicidio. ¿Cuál era el motivo? La canción narra la historia de un hombre que quiere seguir a su esposa fallecida al más allá.
Cuando el tema fue llevado a EEUU por Billie Holiday, también provocó muchísimos suicidios entre personas rotas por la pérdida de la persona amada. Nada más terrorífico e inquietante que aquello que tiene que ver con la muerte.
«Helter Skelter», The Beatles.
Una de las bandas más famosas no podía quedarse fuera de nuestra lista de música maldita. Porque esta famosa canción fue citada como inspiración para cometer sus crímenes nada más y nada menos que por el archiconocido Charles Manson, que dejó una huella indeleble en el imaginario colectivo de los EEUU.
La Sinfonía nº9, Ludwig van Beethoven.
Y cerramos con el número 9 asociado a una de las mentes más preclaras y profusas de la historia de la música: Beethoven. Con composiciones reconocibles por millones de personas, desde La Estirpe del Lobo queríamos traerle hoy aquí.
¿Y en base a qué? Debido a que el número 9 es un número maldito entre los compositores ya que cuando están en esa etapa de su vida artística, fallecen antes de llegar a la composición número 10. Les ha ocurrido a FranzSchubert, a Bruckner, a Mahler y al mismo Beethoven.
¿Y tú? ¿Conoces alguna canción maldita? Déjanosla en los comentarios.
Fuentes de las fotografías:
1.- www.rtve.es
2.- www.teoriaspokemon.fandom.com
4.- www.marca.com
Para saber más: