Escucha nuestro podcast en «Días de Radio» (Candil Radio) – (04/11/2021)
Encontrar un lugar donde Cervantes, el Marqués de Villena, las leyendas inspiradas en la Antigüedad y la nigromancia se encuentren, es muy complicado… siempre y cuando no te refieras a uno de los lugares más misteriosos de Salamanca.
España no solo sorprende por la cantidad de lugares y paisajes maravillosos que ofrece a quien reside en ella o la visita: también, como hemos podido comprobar durante este tiempo, es el escenario de multitud de leyendas y mitos que la convierten en un lugar preferente para quienes disfrutan de conocer.
Y es hoy que os traemos uno de esos lugares. Bañada de historia, secreto y folclore, y ubicada en Castilla y León, la Cueva de Salamanca es uno de esos emplazamientos que, sin lugar a dudas, merecen que les dediquemos un poco de nuestro tiempo.
Salamanca.
No es de extrañar que esto ocurra en un lugar como Salamanca. Esta población española remonta su historia muchísimos siglos atrás. Poblada desde la Edad de Hierro, ha sido lugar preferente para el asentamiento de romanos, visigodos, árabes, etc., y un lugar preferente en la época de la conquista de los reinos cristianos sobre Al-Ándalus.
Pero si algo no se nos puede olvidar, es su magnífica y antiquísima universidad, que lo es desde la Real Cédula del siglo XIII de Alfonso X el Sabio[1]y por el Papa Alejandro IV[2].
Este lugar, relacionado con grandes nombres de la Historia de la Humanidad[3]de la Edad Media, la Edad Moderna y la Edad Contemporánea, no solo ha sido conocido por la famosa frase “lo que la Naturaleza no da, Salamanca lo presta”, sino también por haber albergado en su seno las leyendas y los mitos precristianos, siendo, en gran parte, salvaguarda de muchas historias que se han mantenido a lo largo de los siglos.
¿Qué es?
Empezaremos diciendo que el lugar que nos ocupa no se esconde a la vista. Es hoy una ubicación más que reconocible, aunque no se corresponda con la morfología original (nos permitimos decir “original” de forma previa a la explicación que daremos a continuación, se crea o no en que fuese un enclave mucho más antiguo que el propio cristianismo).
La Cueva de Salamanca pertenecía a una cripta de la conocida como Iglesia de San Cebrián, hoy ya desaparecida. San Cebrián, o San Cipriano, cuenta con más de un templo dedicado a su advocación en la zona. Este santo vivió, según la doctrina de la Iglesia Católica[4], en el siglo III E.C., y está relacionado con Santa Justina. Durante la persecución acometida por el Emperador Diocleciano fueron asesinados en Turquía.
No deja de ser curioso que la Cueva de Salamanca y la figura de este santo cristiano estén conectados: San Cebrián (o San Cipriano) está relacionado con la hechicería, la magia negra y cómo combatirlas, atribuyéndosele, además, haber escrito un grimorio[5]titulado “Libro de San Cipriano”.
El misterio de la Cueva de Salamanca.
Para hablar de este misterioso lugar debemos viajar bastantes siglos atrás en el tiempo. Como está recogido en la obra del siglo XV “Recueil des Histoires de Troyes”[6], es al mismísimo Hércules a quien se le considera el creador de este lugar. Según cuenta la leyenda, hizo un gran hueco donde colocó a las Siete Artes Liberales junto a documentos de gran valor, dedicándose algún tiempo a la enseñanza a los lugareños. Como tenía que continuar sus viajes, dejó en su lugar a una estatua que le evocaba a él mismo, con el poder de hablar y la función de enseñar.
Pero Hércules, como tantas y tantas otras figuras de la Antigüedad clásica, fueron perdiéndose en las lagunas de la memoria colectiva, y nuevos discursos religiosos, filosóficos, políticos y simbólicos fueron ganándole terreno al pasado pensamiento europeo precristiano. No pasó demasiado tiempo hasta que la leyenda cambió de sentido, y lo que antes era enseñar aquello que era útil, fue tornándose en conocimientos ponzoñosos.
La Cueva de Salamanca, para los lugareños, pasó a estar frecuentada por demonios[7]enfrascados en transmitir artes de hechicería, brujería y adivinación, algo completamente prohibido por la Iglesia Católica.
Los personajes asociados a la Cueva de Salamanca.
Ya podemos imaginar que, siendo un lugar relacionado con la adivinación y la hechicería, no se tardaría demasiado tiempo en comenzar a relacionar a personajes de distinta índole, reales o no, con el objetivo o de criminalizar, o de utilizarlo con intenciones ejemplarizantes. Aquí os traemos algunos ejemplos.
Uno de los personajes con los que se relacionó la Cueva de Salamanca fue el Marqués de Villena. Este personaje está inspirado directamente en Enrique de Villena, conocido como “El Nigromante”[8], autor de numerosos textos[9], desde poemas hasta traducciones de diversas lenguas, pasando por teología, astronomía o medicina[10], inspiró obras de grandes nombres de la Literatura española y universal, tales como Larra, Ruiz de Alarcón o Quevedo.
Muchas de sus obras fueron quemadas en tiempos del Rey castellano Juan II, ya que tras su consolidación como ocultistafue que nació la leyenda que afirmaba que Villena había estudiado en la Cueva de Salamanca con el mismísimo demonio, habiendo tenido que dejar su sombra durante la huida que emprendió para salvar su vida, quedando desde entonces y para siempre bajo su poder.
Otras historias dicen que ese discípulo del demonio era el sacerdote de origen navarro Pierre de Axular, y también se hablaba de la existencia de una cabeza sin tronco ni extremidades que tenía vida y hablaba[11].
Cervantes y la Cueva de Salamanca.
El estilo cervantino queda reflejado en el entremés[12]“La Cueva de Salamanca”. Con un tono burlesco y socarrón, Miguel de Cervantes trata el tema de las enseñanzas del “demonio salmantino” dejando entrever lo supersticioso de Castilla en aquella época.
Esta obra contenida en “Ocho comedias y ocho entremeses nuevos, nunca representados”[13], se cuenta la historia de un señor (Pancracio) parece que va a abandonar su casa durante cuatro días, por lo que su esposa (Leonarda), parece estar muy triste… pero nada más lejos de la realidad: parecía estar deseando la ausencia de su marido para comenzar una fiesta junto a su criada Cristina.
Esperaban la visita de dos invitados (que parecían según la obra tener ya algún tipo de relación con las señoras), pero apareció otro personaje, Carraolano, que decía ser estudiante en Salamanca. Todo se tuerce cuando el marido regresa antes a la casa, acabando con la fiesta, pero termina siendo convencido por parte del estudiante, que le convence de la existencia de elementos sobrenaturales en la Cueva de Salamanca, los cuáles conocía, y que los dos visitantes eran demonios, aprovechándose de lo supersticioso del señor Pancracio.
Sin ningún atisbo de duda, es curiosísimo como en aquella época estaba tan extendida la leyenda de la Cueva de Salamanca, ya que no solo Cervantes habló de ella, sino que era algo muy presente en el imaginario colectivo de la mitad norte de la Península Ibérica.
La Cueva de Salamanca y Latinoamérica.
Si de algo goza la lengua castellana es de una riqueza semántica increíble, y de una capacidad sobredimensionada para la asociación de conceptos y la creación de nuevos vocablos que, con poco, digan muchísimo. Y ahí es muy importante el rol de Latinoamérica[14], con un léxico de un valor incalculable. Y sí: también esto tiene que ver con el tema que nos ocupa ahora mismo.
Es de esta leyenda que surge el término “salamanca” como lugar concreto donde el demonio se reúne con sus adláteres para tareas de nigromancia, hechicería, etc. Esto se utilizó para acabar, dentro de lo consideraban en la época “evangelización”, con prácticas indígenas que pervivían después de la conquista de los territorios, sobre todo en zonas de difícil acceso y, casi siempre, en cuevas, donde se mantenían alejadas de los ojos indiscretos de aquellos “que habían llegado por el mar”.
Es por eso que en zonas como Argentina, Brasil o Chile, este término está relacionado con zonas donde parece practicarse magia negra o que, según la consideración de los lugareños, acontecen aquelarres y prácticas cercanas a lo oscuro.
Conclusión.
Otro lugar apasionante que merece nuestro más sincero interés. Salamanca demuestra que cuenta con gran cantidad de lugares dignos de ser visitados, para estar presentes en escenarios tan importantes de nuestra Historia. De nuevo, otro ejemplo de cómo una leyenda puede cambiar tanto durante los siglos que acaba convirtiéndose en algo completamente distinto a lo que inicialmente pretendía ser.
De las Artes Liberales a la nigromancia. De Hércules a Asmodeo. De Salamanca, a Latinoamérica a través del lenguaje. Otro episodio más que convierte a nuestro país en un destino obligado para los amantes del misterio.
Notas al pie:
[1]Emitida el nueve del mes de noviembre del año 1252.
[2]A través de la licentia ubique docendidel año 1255.
[3]Cristóbal Colón, Fray Luis de León o Miguel de Unamuno son algunos ejemplos que lo demuestran.
[4]Aunque hoy ya no estén formalmente incluidos en el martirologio y el calendario litúrgico, muchos tradicionalistas siguen conmemorando sus figuras.
[5]Es un tipo de libro que contiene hechizos, rituales y hierbas curativas, entre otros elementos, directamente relacionado con la hechicería y la brujería.
[6]De Raoul Lefevre.
[7]Presumiblemente Asmodeo, al que ya hemos mencionado en La Estirpe del Lobo en alguna ocasión.
[8]También está reseñado como “El Astrólogo”.
[9]En la Biblioteca Digital de la Biblioteca Nacional de España puede consultarse el que parece ser, según Serrano y Sanz, su “Tratado de Astrología”, aunque está en un pésimo estado de conservación debido a los avatares de la Historia.
[10]Todo tan conectado entre sí siglos atrás.
[11]Lo que recuerda enormemente a los relatos en torno a la Orden del Temple emitidos para justificar su extinción.
[12]Creados por Lope de Rueda, son obras de un solo clásico, destinadas a ser representadas entre actos en el teatro español.
[13]El año de su primera publicación es 1615.
[14]Basta con revisar (y no es necesario que sea con mucha profundidad para comprobar lo que decimos) la multitud de grandes nombres creadores de un número ingente de obras de una calidad exquisita en nuestra literatura cuyo origen está en países de Latinoamérica (sin desmerecer, claro está, a muchos de nuestros autores españoles).
Para saber más:
www.brujeriasalvaje.blogspot.com
Fuentes de las fotografías:
1 comentario en «La Cueva de Salamanca.»