A raíz de algunas publicaciones en Facebook, algunos amigos me han preguntado acerca del hinduismo y más en concreto de la cosmología hindú. Lo primero es recordaros que no soy ningún experto en la cuestión y que el hinduismo es tan basto que resulta casi inabarcable, incluso si te dedicaras por entero a su estudio, cosa que tampoco es el caso. No obstante, vamos a intentar hacer un pequeño resumen que quizás pueda servir de ayuda a quienes están empezando a investigar acerca del hinduismo o sienten algo de curiosidad al respecto.
Dada la extensión es imposible que pueda condesarse en un post en ninguna red social. Por eso, pese a intentar ser lo más conciso posible, agradezco a mis compañeros de la Estirpe del Lobo que me dejen colgar el artículo completo. Vamos al lio:
La cosmología hindú tiene su origen en los Vedas, que son los textos religiosos más antiguos que existen, escritos en torno a mediados del II milenio antes de Cristo. Estos textos serían “apauruṣeya”, que literalmente podríamos traducir como “sin autor” o “de ningún hombre”. Habrían sido redactados a partir de las enseñanzas de los Antiguos Rishis (sabios), tras la inspiración lograda mediante una profunda meditación.
Aunque a muchos les sorprenda, todas nuestras creencias religiosas e incluso la interpretación astronómica del Universo tienen su origen en ésta Tradición. Por ejemplo, el dogma de la Santísima Trinidad ya existía en la Tradición hindú: la Trimūrti o Trideva (Brahmá, Visnú y Shiva)1, que se corresponderían con los aspecto de Creador, Sostenedor y Destructor de Brahmán, Principio Supremo, Realidad Absoluta, Divinidad Impersonal que no cambia y es, sin embargo, la causa de todo cambio.
Pero centrándonos en la cosmovisión del Universo creado y manifestado, debemos comenzar desde lo superior, donde encontraríamos los planetas eternos, e ir descendiendo hasta el sistema planetario temporal dentro de innumerables universos del mundo material.
Hablando de “manifestación cósmica”, necesitamos incorporar tanto la existencia espiritual como la material. Es decir, lo visible y lo invisible, e incluso aquello que fue y aquello que puede llegar a ser en sus múltiples posibilidades. Pues la manifestación, desde la concepción de la Tradición, no es sólo material o exclusiva del plano físico, sino que abarca el conjunto infinito de posibilidades.
Los planetas es eterno corresponden al plano espiritual y estarían más allá de lo que el universo material puede contener. El reino espiritual pertenece a la dimensión “supradimensional” o “antimaterial”. Por ésta razón están más allá de lo que podemos comprender y percibir mediante la razón o nuestros sentidos. Son, en este sentido, incognoscibles. Y se encuentran más allá del tiempo como dimensión lineal, y del espacio tridimensional que nosotros, los humanos, percibimos.
Según los Vedas, existirían innumerables de éstos planetas “espirituales”, todos ellos eternos e indestructibles.
En algún momento –no se tiene claro por qué–, se crearon los sistemas planetarios materiales, y serán destruidos en otro momento. El tiempo y el espacio influyen en el sistema planetario material. Ambos tienen la misma fuente de energía, el «brahmajoyti» o Luz espiritual.
En el Bhagavad Gita se dice que los planetas materiales de nuestro universo se dividen en tres partes. Es decir, son «urdhvaloka» (superior), «Madhya-loka» (medio) y «adho-loka» (inferior). Por encima del loka más alto, yacen los reinos eternos. (Este concepto quizás sea el de los más difíciles de comprender, pero quienes estén familiarizados con la Cábala, apreciarán que existe una evidente similitud con los Sefirot, así como con las Triadas –la Triada Superior, Media e Inferior– y sus relaciones a través de los 22 Santos Senderos).
Según la cosmología védica, existirían 14 sistemas de éstos planetarios principales en estas tres esferas, cada uno con diferentes estándares de vida y duración de la existencia. En el urdhvaloka, no hay enfermedades ni signos de envejecimiento del cuerpo, y el miedo es desconocido en éste el reino.
A medida que descendemos por estos sistemas planetarios, la duración de la vida disminuye y hay una mayor manifestación de enfermedad y ansiedad.
Estos sistemas planetarios son: satya-loka; Tapa-loka; Jana-loka; Mahar-loka; Swarg-loka; Bhuvar-loka; Bhu-loka; Atal-loka; Vital-loka; Sutal-loka; Talatal-loka; Mahatal-loka; Rasatal-loka; Patal-lok.
Justo en el “planeta medio” del sistema estaría la Tierra, el séptimo sistema, Bhu-loka. El alma, tras la muerte, ascendería al sexto sistema, el Bhuvar-loka. Por su parte, los Devatas (concepto complejo que abarca distintos tipos de Divinidades y Semidioses y otras entidades como los Devata o Dewata Nawa Sanga o Guardianes de las Nueves Direcciones), vivirían en Swarg-loka (también es correcto nombrarlo –y así aparece en diferentes textos y traducciones- como Svar-Loka).
Los planetas por encima de estos, hasta llegar a Satya-loka, son las residencias de aquellos avanzados en conocimiento espiritual. Todos estos planetas están dentro del mundo material y bajo el control de Devi (Diosa Durga), y por lo tanto son también llamados en muchas ocasiones como Devi-Dhama o Devi Loka”, según se explica en el Jari-vamsa, aunque ésta obra ya no es estrictamente védica, sino que formaría parte del ciclo literario védico de los Purana.
Desde el punto de vista de los humanos, los habitantes de los planetas celestiales son inmortales, pues su existencia se prolonga por millones de años. Sin embargo, no lo son realmente, pues nada en el mundo material es eterno ni puede vivir para siempre. Aunque en realidad, esto no tiene mucha importancia, pues el final no es otro que el retorno al origen, a Brahmán, la Realidad Absoluta, de la cual ya eres parte, pues Brahmán es todo y lo que contiene todo y aquello que está más allá del todo. Pues eso y no otra cosa es lo Absoluto, el Todo y la Nada, simultáneamente. Nuestras mentes conscientes no pueden comprenderlo igual que un cazo no puede contener un océano. Pero el agua que contiene el cazo es de la misma naturaleza que el agua del océano y antes o después regresa a él.
Según el Bhagavad-Gita, un día en el mundo celestial equivale a 4.300.000.000 años solares. Así, el sentido del tiempo es diferente en cada sistema planetario, Además, los seres vivos también son diferentes, incluida la vegetación. Algunos de éstos planetas, como Júpiter o Venus, son visibles a nuestros ojos, pero sólo en la dimensión de la vibración de nuestra energía en el sistema planetario en el que nos desenvolvemos, el mencionado Buhvar-Loka. Nuestros sentidos físicos no pueden entrar en los planos celestiales de existencia estos planetas, donde viven devas, ángeles y seres superiores.
También existirían diferentes tipos de océanos en diferentes planetas del universo material. Según Siddhanta-Shiromani, un antiguo tratado escrito hacia el siglo XII, existen siete variedades de océanos: un océano de agua salada, un océano de leche, un océano de cuajada, un océano de ghee (literalmente de mantequilla), un océano de jugo de caña de azúcar, un océano de licor y un océano de agua dulce.
El nuestro es el océano de sal, y hay otras seis variedades en otros lugares. Dentro del universo material, hay algunos planetas eternos. Pero siempre serán inaccesibles para los seres humanos.
El Laghu-Bhagvatamrita, un texto del siglo XVI escrito por Sri Rupa Goswami, los describe como “Por encima de Rudraloka», el planeta del Dios Shiva es el planeta llamado Vishnuloka. Sus 400 000 millas de circunferencia son inaccesibles para cualquier ser mortal. Sobre el Vishnulok hay una isla dorada llamada MahaVishnulok en el océano de sal”.
Brahma y otras Divinidades y Dioses, a veces van allí para encontrarse con Bhagwan Vishnu. Bhagwan Vishnu yace allí con Lakshmi. Al este, estaría el «océano de leche», donde dentro está la isla de Svetadvipa, donde el Señor Vishnu también reside con la Diosa Lakshmi.
Su isla tiene 200,000 millas cuadradas y está cubierta de árboles de deseos para el placer del Señor Supremo”. Dhruvaloka es como se le conoce, y lo vemos como la Estrella Polar. Este planeta está a 3.800.000 yojanas sobre el Sol (una yojana equivale a ocho millas).
Por encima de Dhruvaloka está Maharloka, por 10.000.000 yojanas, más arriba por 20.000.000 yojanas está Janaloka, más arriba por 120.000.000 yojanas está Satyaloka, más allá por 26.200.000 yojanas está Vaikuntha.
La cubierta exterior del universo comienza 260 000 000 yojanas sobre el sol, según las escrituras de “Vishnu Purana”. Debajo de la tierra se encuentran los sistemas planetarios de Atala, Vitala, Sutala, Talatala, Mahatala, Rasatala y Patala, unos 70.000 yojanas por debajo.
Incluso debajo de estos se encuentra el Océano Garbhodaka, donde vive Sesa Naga, a unos 30.000 yojanas por debajo de estos planetas. Ese océano tiene una profundidad de 249.800.000 yojanas. Así, el diámetro aproximado del universo es de 500 millones de yojanas; en millas, son 4 mil millones.
Se calculan utilizando el plano de existencia la distancia real tal vez incluso más. En los sistemas planetarios superiores, uno puede encontrar los reinos de los devas, los semidioses y los ángeles. Para los espíritus fantasmales, está el Bhuvarloka, y para los Nagas, están los planetas inferiores poblados por los de la conciencia demoníaca. A medida que ascendemos, encontramos el desarrollo de la conciencia superior, que incluye la intelectualidad avanzada, partiendo del ser humano y yendo más allá.
Notas al pie:
1 Trimurti o Trinidad Hindú es un concepto complejo, cuya explicación transcendería con mucho las pretensiones de éste artículo, y esperamos ampliar la cuestión en futuros trabajos. Por ahora, y sólo como muestra de la dimensión extraordinaria de éste concepto, baste decir que la Trimurti a la que hacemos referencia es la que podríamos denominar Trimurti del ciclo de Brahama, el cual se correspondería a la actual religión hinduista, cuyos textos sagrados más influyentes serían los contenidos en el Mahabharata, en especial el Bhagavad-Gita o Canto Divino, el Ramayama y los Upanishad. Los Vedas se conservan y son parte de la rica tradición espiritual de la India, pero no son estrictamente hinduistas, sino védicos. El vedismo es anterior al hinduismo y poseía su propia Trinidad: Indra, Agni y Suria. Indra es el Rey de los Devas o Dioses, Señor del Cielo y del Rayo; Agni es el Dios del fuego; y Suria, el Dios Sol. En algunos textos, no obstante, Suria es sustituido por Soma, Dios Luna (también Soma es una bebida sagrada, del mismo tipo que se usaban en los ritos de Eleusis –Kykeon–, y la famosa ambrosía). Hacia el siglo III a.C., la Trinidad de védica fue progresivamente sustituida por la trinidad de los puranas. Esta sustitución de una Trimurti por otra no es baladí ni casual, responde a un cambio de Era, igual que ocurrió con la caída de Cronos-Saturno regente de la perdida Edad de Oro.