La Casa de las Siete Chimeneas.

Testigo privilegiado de la historia, la Casa de las Siete Chimeneas en Madrid es uno de los lugares más encantados y misteriosos de España. Al menos, eso es lo que dice la leyenda.

 

Escucha nuestro podcast en «Días de Radio» (Candil Radio) – 15/10/2020:

 

El fantasma de la Casa de las Siete Chimeneas es uno de los tres fantasmas más famosos de Madrid, junto con el del Palacio de Linares[1] y el Museo Reina Sofía[2]. Y de todo ellos también es el más antiguo.

 

La Casa.

En pleno barrio de Chueca, en la Plaza del Rey, esquina con calle de las Infantas, cerca de la confluencia entre la Gran Vía y la calle Alcalá, encontramos una gran casona, que si aún hoy en día llama la atención, imaginemos en el siglo XVI, cuando toda aquella zona era campo, en los límites de la ciudad, y la casa se encontraba rodeada de huertas, bosquecillos y arroyos. Un paraje bucólico donde la aristocracia se divertía paseando y disfrutando del aire libre.

La historia oficial data la construcción de 1574, pero existen pruebas que la edificación era algo anterior a esa fecha. Como mínimo de 1570, fecha en la que se cree que se terminó por orden del Felipe II. Sin embargo, aquel encargo, de singular estilo para la época, no estaba destinado para el disfrute del monarca, sino para que sirviera de regalo de boda a la hija de uno de los monteros al servicio del rey. Basta apreciar la arquitectura de la vivienda y su magnífica planta para darse cuenta que ese no es el regalo habitual de un rey a la hija de uno de sus sirvientes. Sin embargo, todo indica que aquella preciosa joven era algo más que la hija de un montero de palacio. Pero no adelantemos acontecimientos y sigamos estudiando la casa, pues la propia construcción ya es en sí misma, todo un misterio.

 

Lo más llamativo, aparte de sus proporciones, que los aficionados al esoterismo encontrarán muy interesantes, son las famosas siete chimeneas que adornan su techo y dan nombre al edificio. Lo más curioso del tema es que carecen de función alguna y son meramente ornamentales.

 

Aunque no hay ninguna constancia que pruebe con total seguridad que el arquitecto fuera el mismo que el del Monasterio del Escorial, todo apunta a que fue  Juan de Herrera el arquitecto del majestuoso edificio. Al menos, eso es lo que dice la tradición y alguna que otra fuente escrita[3].

Lo más llamativo, aparte de sus proporciones, que los aficionados al esoterismo encontrarán muy interesantes, son las famosas siete chimeneas que adornan su techo y dan nombre al edificio. Lo más curioso del tema es que carecen de función alguna y son meramente ornamentales. De hecho, la actual disposición no corresponde con la original, pues se han movido en varias ocasiones.

Estas siete chimeneas constituirían el mayor símbolo de la edificación, pues harían referencia a los siete pecados capitales: soberbia, ira, avaricia, envidia, lujuria, gula y pereza. Un mensaje decorativo que hace de la casa todo un emblema de la rectitud. Todo lo contrario a lo que en ella sucedió.

 

La leyenda.

Según la tradición, este edificio fue mandado construir por Felipe II para su amante Elena Osorio, la hija del montero real, cuando el rey debió guardar las formas al casarse con su prima hermana, la infanta de Portugal, María Manuela[4].

El monarca hizo que Elena Osorio se casara con el capitán Zapata, un honorable soldado de la Guardia Amarilla. Pero inmediatamente celebrados los esponsales, lo destinó a Flandes, donde murió en la Batalla de San Quintín[5].

Esta noticia sumió a la joven Elena Osorio[6] en una profunda depresión que la llevó a morir de pena, pues la joven viuda, desolada, no se sabe si por el amor o por la culpa, apenas comía ni dormía tras conocer la triste suerte de su marido.

 

Los rumores recorrieron Madrid y apuntaban a Felipe II

como el verdadero culpable del crimen.

 

En algunas versiones de la leyenda se cuenta que Elena Osorio murió en el parto de su hija, de la que nunca jamás se supo nada.

Pero aquí no acaba la historia, pues el asunto se complicó cuando los sirvientes afirmaron que en realidad Elena no había muerto de pena sino asesinada, apuñalada con un cuchillo.

Pronto los rumores recorrieron Madrid y apuntaban a Felipe II como el verdadero culpable del crimen. Por todos era conocido el carácter voluble del rey, que lo mismo era capaz de la mayor de las hazañas que de la peor de las crueldades. Así como del gusto del monarca por el sexo femenino, por lo que a nadie extraño que algo así pudiera suceder. Pero a quien se acusó formalmente del crimen fue al padre de Elena, quien fue interrogado formalmente. Sin embargo, poco después el padre apareció colgando de una cuerda sujeta a las vigas de la Casa de las Siete Chimeneas. Aparentemente se había suicidado, llevándose consigo el secreto del enterramiento de su hija, pues el cuerpo de Elena Osorio jamás se encontró.

 

Cuerpos y más cuerpos.

Si desde el principio la casa fue objeto de todo tipo de rumores y fenómenos paranormales, entre los que destaca la aparición de una mujer vestida de blanco que camina a paso lento, unas veces portando una antorcha y otras dándose golpes en el pecho, como si entonara algún tipo de culpa, la cosa podría quedarse en meros relatos literarios o cuentos para no dormir. Pero durante las obras de reforma del edificio en el siglo XIX, tras uno de los muros del sótano, se descubrió el cadáver de una mujer con un puñado de monedas de oro. Estas monedas, por supuesto, eran de la época de Felipe II.

Este descubrimiento no hizo sino avivar la leyenda, y en 1960 se descubrió otro cuerpo, también anónimo, esta vez de un hombre. Se cree que pudo tratarse del mayordomo del marqués de Esquilache, que sabe murió a golpes durante el motín.

¿Guarda la casa más cadáveres? A estas alturas resulta difícil de creer, pero vistas los macabros descubrimientos, nadie puede asegurar nada.

 

Una hipótesis muy personal.

La leyenda la conocí hace más de veinte años, época en la que pude visitar este magnífico edificio, hoy propiedad del Ministerio de Cultura. Y desde el primer momento me llamó la atención dos cosas: lo arraigado que estaba el relato en el folklore madrileño y lo incoherente de las fechas propuestas por la leyenda.

Y es que todos estos sucesos, de ser ciertos, serían muy anteriores a la construcción de la Casa de las Siete Chimeneas.

Es más, el personaje central de la leyenda, Elena Osorio, parece ser una confusión de identidades que quizás implique a más de una mujer. Y es que Felipe II contó numerosas amantes a lo largo de su vida, algunas de las cuales incluso han pasado a los libros de historia, como el caso de Isabel Osorio, quizás, el verdadero amor del rey.

Isabel fue hija de Pedro de Cartagena, señor de Olmillos, regidor de Burgos y descendiente del judeoconverso Pablo de Santamaría, razón por la que un matrimonio con ella sería impensable. Sin embargo, en diferentes épocas la pareja vivió como si se tratara de un auténtico matrimonio. Es más, según Guillermo de Orange, el príncipe de los rebeldes holandeses  contra  la corona española, cuando Felipe se casó por primera vez —con su prima hermana María Manuela de Portugal— ya estaba desposado con Isabel Osorio con quien, según su versión, tuvo dos hijos: Bernardino y Pedro. Se cita como testigo de este hecho a  Ruy Gómez de Silva, príncipe de Éboli.

También hay referencias del idilio entre el monarca e Isabel Osorio en las obras del biógrafo de Felipe II, Luis Cabrera de Córdoba. Y existen pruebas de las cuantiosas rentas que Felipe II donó a Isabel de Osorio.

El historiador Henry Kamen asegura que el rey Felipe II llegó a entregar a Isabel de Osorio un documento en el que reconocía que ella siempre sería su única y verdadera esposa[7].

Parece que la relación del monarca e Isabel, sin embargo, acabó definitivamente tras el tercer matrimonio de Felipe II. Este matrimonio entre el rey de España e Isabel de Valois fue un matrimonio concertado mediante el tratado de Cateau-Cambrésis, pero todo indica que la pareja realmente llegó a tener una buena relación conyugal, de la que nacieron cinco hijas, aunque sólo dos sobrevivieron.

Isabel Osorio se retiró al palacio de Saldañuela, en las proximidades de Burgos, donde vivió hasta su muerte en 1589, a los 67 años. Nunca se casó. Está enterrada en la ermita del Santo Cristo de los Buenos Temporales.

Conocido esta historia siempre me he preguntado ¿acaso la historia narrada en la leyenda no fusiona dos o más historias reales? Sabemos que una de las amantes de Felipe II fue Isabel Osorio, quien coincide en edad y en apellido con la protagonista del relato. ¿Pudieron tratarse, en su origen, de dos historias diferentes, que el tiempo y el boca a boca terminaron fusionando? Personalmente creo que sí.

De dar crédito a lo narrado, pienso que la Casa de las Siete Chimeneas fue ordenada construir por Felipe II sobre los restos de una edificación anterior en la que pudieron vivirse aquellos acontecimientos.

Las siete chimeneas serían, precisamente, un recuerdo al propio monarca de la necesidad de retomar una vida recta y huir de los pecados en los que tantas veces zozobró.

 

Un edificio envuelto en el misterio y la tragedia.

Desde un principio la casa pareció ser un lugar maldito, marcado por la tragedia de sus moradores, la cual volvería a repetirse con el siguiente propietario, Juan de Ledesma, secretario de Antonio Pérez del Hierro, secretario de cámara y del Consejo de Estado de Felipe II, pero que acabó siendo acusado de traición y asesinato y huyó a Francia. Esto supuso la caída en desgracia de todos los que habían estado cerca de Antonio Pérez y generó unas rocambolescas historias que hacen que la Casas de las Siete Chimeneas acabe en manos de un rico genovés conocido como Baltasar Cataño[8], para pasar poco después a manos del médico Francisco Sandi y Mesa, fundador del mayorazgo de los Colmenares y el condado de Polentinos.

En el siglo XVIII  la casa fue ocupada por el marqués de Esquilache, ministro de Carlos III y saqueada durante el famoso motín[9]. En esta época se amplió con una nueva sección transversal que le da la actual planta en forma de L.

La Casa de las Chimeneas fue declarada Monumento Histórico Artístico en 1948 y en 1995 Bien de Interés Cultural.

En la década de 1980 era la sede del banco Urquijo, cuyo principal accionista, Manuel de la Sierra y Torres, marqués de Urquijo, fue asesinado en su casa de Somosaguas[10]. Pasando el edificio poco después a propiedad del Ministerio de Cultura, a quien sigue perteneciendo.

 

Sede de la primera asociación feminista de España.

Aunque sea salirnos un poco de la temática de este artículo y del blog en general, no nos resistimos a recordar que la Casa de las Siete Chimeneas fue el lugar de encuentro del Lyceum Club Femenino entre 1926 y 1939. Este liceo, constituido a imagen del que ya existía en Londres, fue una de las primeras y más influyentes asociaciones femeninas, de la que formaron parte mujeres de la Generación del 27. A esta asociación, muy ligada a la Residencia de Señoritas, pertenecieron mujeres como María de Maeztu, Victoria Kent, Isabel Oyarzábal, María Teresa León, Ernestina de Champourcin, Concha Méndez, Elena Fortún, Zenobia Camprubí, Clara Campoamor, Victorina Durán, Carmen Baroja, Amalia Galárraga o Hellen Phillips[11].

 

Notas al pie:

[1] Actual Casa América, en plena plaza de Cibeles. Este edificio histórico estaría habitado por los fantasmas del matrimonio  formado por José Murga y Raimunda Osorio, así como su hija Raimundita. José Murga fue el primer marqués de Linares y dueños originarios del palacio.  

[2] Antes de convertirse en museo, en 1982, había sido Hospital General. Son muchísimos los sucesos paranormales que se reportan, y aunque no hay ninguna leyenda concreta respecto al origen de estos poltergeist, los trabajadores del museo apodaron al fantasma Ataulfo, nombre por el que se conoce cariñosamente al supuesto fantasma que provoca los muchos fenómenos inexplicables que acontecen en el edificio.

[3] En rigor, debemos decir que oficialmente se atribuye la obra a  Juan Bautista de Toledo y Antonio Sillero, reconociendo a Juan Herrera sólo como un reformador del edificio original, aunque de todo esto hay muchos vacíos documentales y la tradición, que es a la que hacemos referencia, siempre ha dicho que la casa fue construida por “el del Escorial”. Es decir, por Juan Herrera.

[4] Encontramos aquí algunas nieblas en el relato, pues el edificio data, en el mejor de los casos, de 1570. Sin embargo, el matrimonio de Felipe II con María Manuela de Portugal se celebró en 1543, falleciendo María de Portugal dos años más tardes. Según las fechas de la leyenda, correspondía al cuarto matrimonio de Felipe II, la unión con su sobrina, la archiduquesa Ana de Austria  el 14 de noviembre de 1570.

[5] Tampoco concuerda la cronología en lo referente a la Batalla de San Quintín, pues esta lucha se desarrolló entre el 10 y el 27 de agosto de 1557.

[6] Los relatos cuentan que tenía poco más de veinte años. Este dato enturbia también la leyenda, pues en algunas versiones se dice que la joven era ya amante de Felipe II cuando él era aún príncipe. Nuevamente, no concuerdan las cronologías.

[7] Kamen, Henry. Felipe de España (Patricia Escandón, trad.). Madrid, Siglo veintiuno de España, 1997. Pag. 55.

[8] Según la historiografía oficial, al parecer es en este periodo cuando el arquitecto Andrea de Lurano le añadió tejados a cuatro aguas y las siete chimeneas que le dieron su nombre popular.

[9] El motín de Esquilache provocado por la prohibición del marqués de llevar capa larga y chambergo.

[10] El crimen de Somosaguas o el asesinato de los marqueses de Urquijo es uno de los episodios más conocidos de la crónica negra en España.

[11]  Estas mujeres se hacían llamar “las sin sombrero”. Para más información acerca del Lyceum Club Femenino, ver https://lyceumclubfemenino.com/el-lyceum/

 

Para saber más:

Sepúlveda, Ricardo, La Casa de las Siete Chimeneas, Madrid, Establecimiento tipográfico de los Sucesores de Rivadeneyra, 1882. Se trata de una obra de coleccionista, todo un clásico y referencia obligada en la historia de esta edificación madrileña, en la que se cuentan muchos relatos que han quedado fuera de este artículo, como el del viernes 17 de marzo de 1623, entre las diez y las doce de la noche, en la que aparecieron en la puerta de la casa dos caballeros, que eran nada menos que el Príncipe de Gales y su favorito, el Duque de Buckingham. Dado la dificultad para acceder a esta obra, ofrecemos, al menos, la posibilidad de conocer un poco sobre este libro gracias a un artículo de F.J. Sánchez Cantón, que se puede consultar en

http://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmcdf8h1

Martín Pérez, Álvaro, Enigmas y Misterios de Madrid, Almuzara, 2018.

Tahoces, Clara, Guía del Madrid Mágico, Madrid, Ediciones Cúpula, 2014. Un clásico imprescindible para aprender a mirar a Madrid con otros ojos.

Dominguez, Mari Pau, La casa de los siete pecados, Granada, Grijalbo, 2009. Se trata de una novela que narra los hechos que pudieron dar origen a la leyenda. Muy buena lectura. Premiada con el I premio de Novela Histórica, CajaGranada.

 

Fuentes de las fotografías:

www.secretosdemadrid.es

www.google.es/maps

www.privilegiodevara.com

www.dbe.rah.es

www.blogs.ua.es

www.wikipedia.org

www.canalhistoria.es

www.blog.uchceu.es

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.