El secreto de la Cueva de la Luna.

Escucha nuestro podcast en «Días de Radio» (Candil Radio) – (11/03/2021)

 

Desde tiempo inmemorial, las cuevas, puertas al interior de la tierra, al mundo subterráneo, han ejercido fascinación al hombre. Vinculadas con los procesos de muerte, nacimiento y regeneración, son cientos los mitos que tienen la cueva como protagonista. Y es que, desde tiempo inmemorial, adentrarse en las profundidades de la tierra era considerado como un viaje iniciático del que se regresaba renacido.

Las cuevas siempre han asombrado y asustado al hombre, ejerciendo esa extra atracción que sólo puede ejercer lo prohibido, lo secreto, lo peligroso. Adentrarse en una cueva era viajar al inframundo, encaminarse hacia el Hades, emprender un viaje iniciático de muerte y resurrección. No es de extrañar que tantos mitos y leyendas recurran a las cuevas como escenario e incluso protagonista de sus relatos. Y es que la cueva siempre se asoció al útero de la Madre Tierra. Místicas, terribles, las cuevas siempre nos han fascinado y nos continuarán fascinando. Pues no deja de ser paradójico que allí donde nunca alcanza la luz, sea precisamente donde más fácil es encontrar la iluminación.

Sería imposible enumerar todas las cuevas sagradas que existen sólo en la península ibérica y de los innumerables secretos que esconden. Algunos de estos misterios están relacionados con el pasado más remoto de la humanidad, como ocurre en cuevas como Altamira y sus pinturas rupestres. Otros enigmas hablan de seres extraños, de puertas que comunican con otras dimensiones, de estados alterados de conciencia, de energías telúricas capaces de obrar prodigios o de iniciaciones secretas en las que se transmitían las claves de una sabiduría ancestral sólo accesible para unos pocos.

La Cueva de la Luna es una de estas extrañas cuevas que tienen un poco de todo. Una historia de magia, de ambiciones militares, ritos ocultos y por supuesto, templarios[1]. Aunque también puede ser que todo sea un fraude, una atracción turística, unos restos de los que se sabe poco pero sobre los que se ha inventado mucho. Que cada cual saque sus propias conclusiones, nosotros nos dedicaremos a contar su historia:

La cueva se encuentra a unos 50 kilómetros de Madrid, entre Alcalá de Henares y Toledo, en un pueblecito llamado Titulcia[2]. Fue descubierta hace unos setenta años, en concreto en 1952,  y enseguida vinculada a unos documentos de 1775 que mencionan una ermita de la Virgen de la Soledad donde el cardenal Cisneros construyó un humilladero para sacralizar el lugar, porque allí se le había aparecido una cruz en el aire cuando preparaba la conquista de Orán (Argelia)[3], lo que interpretó como una señal de aprobación divina.

Lo cierto es que no existe una sola prueba concluyente que pruebe que esta cueva sea el humilladero del que habla el documento toledano de 1775. Aunque al decir de la forma y las dimensiones, algunos dan por evidente esta conexión. Pero para mí, debo reconocerlo, no es prueba suficiente.

Para muchos,  la cueva es una construcción esotérica de la época del cardenal Cisneros y encierra un secreto matemático relacionado con las empresas guerreras de la Cruz, y sobre todo, tendría un origen templario, por la existencia de algunas cruces paté que recuerdan a esta Orden Medieval.

Parecen olvidar varias cuestiones, en especial, que esta cruz no era privativa de los templarios. Al contrario, la cruz paté y la Cruz Ocho Beatitudes fueron usadas por los normandos (Inglaterra, Escocía, Portugal, norte de España y Francia). La Cruz Paté abre sus extremos a los cuatro puntos cardinales (norte, sur, este y oeste), al mundo, al universo. Sus brazos iguales nos recuerdan a los cuatro evangelistas, a las cuatro estaciones o a los cuatro elementos básicos de la vida: aire, tierra, fuego y agua. Muchos creen que deriva directamente de la cruz que representa los tres mundos Celtas: Abred, Gwenwed y Keugan. En España, la Cruz Paté está muy presente en Álava y en Vitoria, como en Ponferrada, que continuó empleándose mucho tiempo después de la desaparición de la orden, y aún la lucen algunas unidades militares, como el Regimiento de Cazadores de Vitoria. La Iglesia Católica continuó usando la Cruz Paté en los Imprimátur[4] y en los mapas para señalar la presencia de un lugar o templo cristiano. Por ello la simple presencia de unas cruces pueden ser base suficiente para una afirmación de estas características.

La cueva se describe como una extraña cavidad artificial, un conjunto de galerías, que  forman una cruz de brazos iguales cuyos extremos se inscriben en otra galería que forma un cuadrado. En el centro se abre una bóveda. En realidad es un cuadrado con una ligera prolongación que invita a creer, pero que no se ha comprobado. De hecho, una parte importante desapareció en 1999, con lo que tampoco hemos podido verificar la autenticidad de los planos más antiguos a los que hemos podido acceder.

Además, se habla de constantes matemáticas basadas en 35,40, dado que la distancia entre Titulcia y la costa argelina es proporcionalmente 35,40 veces mayor que la distancia de la galería maestra y el centro de la cúpula, las distancias entre Titulcia y Lisboa y entre Titulcia y el Delta del Ebro son proporcionalmente 35,40 veces mayor que cada una de las galerías más cortas. La constante 35,40 es el resultado de dividir el diámetro de la Tierra por 360º. Para mí tampoco es concluyente. El salón de mi apartamento mide 17,7 metros cuadrados, justo la mitad de esta constante, es decir, el resultado de dividir el radio por 360º.  Pero os aseguro que no tiene nada de esotérico. Simple proporción para dar equilibrio a las diferentes estancias y porque en este caso, habría que sumar la terraza, que daría unos 10,2 metros más. O sea, 27,9, prácticamente el ciclo lunar de 28 días. ¿A que es absurdo?

Pues esto es lo que se hace en algunas ocasiones, sin saber por qué nos ponemos a buscar correspondencias y son tantas (distancia entre puntos, planetas, periodos lunares, solares, etc…) que lo difícil es no encontrar una correspondencia.

De hecho, quienes conocen algo la radiestesia saben que las corrientes de agua subterráneas (como es el caso) provocan unas lecturas muy elevadas, pero claro, cuando uno busca su correspondencia, descubre que el lugar donde deberían estar dichas corrientes, en el centro de la bóveda, donde según quienes creen en este lugar como una especie de caverna alquímica templaria que transmuta las energías celestes y terráqueas, se unen las energías telúricas y cósmicas en quien se sitúa bajo ella unos minutos. Sin embargo, la realidad es que el vórtice energético está desplazado. Es decir, quienes construyeron la cueva erraron a la hora de situar el vórtice energético de la tierra respecto de la cúpula. Quizás porque la medición la hicieron antes de empezar a excavar o porque con los siglos se haya movido. Pero esto explicaría muchas de las sensaciones de náuseas y malestar que algunos dicen haber experimentado al llegar a ese lugar.

 

¿Quiere decir esto que no hay misterio?

Lo cierto es que a mí la cueva de la Luna me parece más relacionada con la cábala que con otra cosa. Cuanto más he estudiado y discutido el tema, más convencido estoy que se trata de un proyecto inconcluso de representar tridimensionalmente el Árbol de la Cábala. Es decir, sí creo que allí se proyectaron e incluso tuvieron lugar algunos rituales. Pero también creo que se ha especulado demasiado y exagerado mucho. No creo que tenga nada que ver con el Cardenal Cisneros ni con el humilladero a la Virgen de la Soledad. Tampoco creo que tenga que ver nada con los templarios. Más bien –y por el contexto histórico creo que merece la pena ser tenido en cuenta–, esta cueva en concreto está relacionada con las llamadas “prácticas judaizantes”. Hay que recordar que de ser contemporánea al Cardenal Cisneros y sobre todo a la campaña de Orán, en 1509, estamos en la época de mayor represión contra los judíos de la historia de España, represión que se inició con la matanza de judíos en 1391, a la que siguió un número muy importante de conversiones forzosas, que no por ello huyeron de las revueltas contra judíos durante todo el siglo XV y en especial contra los conversos y el cristianojudaísmo que surgieron entre 1449 y 1474. Una situación política y social que llevó al decreto de segregación de 1483 y finalmente al decreto de expulsión de 1492.

Considero más plausible que la cueva tuviera un origen sefardí y guarde en sus dimensiones y estructura relación con la cábala, teniendo en cuenta, además, la cercanía de Toledo, que con los Templarios o el propio Cardenal Cisneros, a quien le gustaba bastante la publicidad y no era hombre de ocultar obras de estas características.

La cueva quizás pudo ser posterior, sufrir otras remodelaciones o incluso ser reutilizada. No olvidemos que también muy cerca encontramos otra enigmática cueva, la de la Yedra, en Villarrubia de Santiago, en Toledo. Esta cueva guarda en su interior nueve columnas en forma circular y una columna central, que quita el sueño a los investigadores, pues nadie sabe a ciencia cierta qué significa ni por qué se construyó. Aunque probablemente esté vinculada a Juan de Herrera «el Trasmerano»[5], personaje heterodoxo, masón operativo de una logia de canteros cántabra y que fue maestro mayor de la Catedral de Santiago de Compostela, realizando las obras de la fachada del conjunto claustral que se levanta a la derecha del Obradoiro. Se cree que este personaje vivió un tiempo en la zona y construyó o remozó la cueva de la Yedra para realizar ciertos rituales secretos.

En resumen, aunque la cueva sí que parece albergar algunos misterios, no es ni tan fascinante ni tan exclusiva como algunos creen. Existen otras varias localizaciones por la zona, igual o más fascinantes aún, como la mencionada cueva de la Yedra. Además, por desgracia, se ha exagerado mucho respecto a la cueva y establecido algunas verdades sin ninguna prueba sólida. No existe medio alguno de vincularla al humilladero proyectado por el Cardenal Cisneros y que no sabemos si se construyó, ni es posible tampoco relacionarla con los Templarios. Su traza y las dimensiones y supuestas constantes matemáticas que encierra son también pruebas demasiado circunstanciales y vagas, dado que nada nos lleva a considerar que esas proporciones responden a una razón en concreto y no a la mera búsqueda de correspondencias que podríamos encontrar hasta en el tamaño de una baldosa, si nos ponemos.

Confiamos que en el futuro se pueda abordar una investigación seria en la zona, sin tanto sensacionalismo y gente con opiniones prestadas, sin corroborar muchas de ellas. Porque sin duda, la cueva de la Luna oculta un secreto, pero estamos muy lejos de saber cuál es. Y en nuestra opinión, estamos errando en la dirección que han tomado las investigaciones, en especial cuando se quisieron meter a los Templarios con calzador por la mera existencia de unas cruces, que bien podrían tener otra explicación, pues la Cruz Templaria o Cruz Paté no es suya en exclusiva.

Por último, recordar que la zona es muy rica en restos arqueológicos. De hecho la protección arqueológica de la zona afecta a 343 hectáreas. Y es que Carpetania, Roma y el Islam dejaron profundas huellas de su paso por estas tierras. Destaca, además, el hallazgo de la denominada Medusa de Titulcia, una joya ornamental carpetana, presumiblemente de uso ritual, única en España, consistente en una fuente de 18 centímetros de diámetro labrada en plata con sobredorado, que muestra un felino y varias serpientes. Hoy se encuentra en el Museo Arqueológico Regional de Alcalá de Henares. Una razón más para viajar por estas tierras cargadas de historia y misterio.

 

Notas al pie: 

[1] Por suerte o desgracia, resulta difícil hablar hoy en día de algún misterio y que no surjan los Templarios por algún sitio.  Una realidad que sólo está prostituyendo la leyenda inicial asociada al Temple, de la cual ya apenas queda nada. Y es que los templarios se han convertido en un chivo expiatorio, en la purga Benito del misterio, en especial de los enigmas medievales. Cuando no se tiene nada que decir o no se sabe que decir, se habla de los templarios. Triste, pero cierto.

[2] El nombre puede resultar engañoso, porque recuerda a Roma, y aunque hubo asentamientos romanos y el municipio es rico en restos arqueológicos, como veremos más adelante, no tiene que ver con la Titulcia romana, sobre el que existe discrepancias respecto a su ubicación. El nombre se lo otorga, por decreto, el felón Fernando VII, en 1814. Hasta ese momento, la población se conocía como Bayona de Tajuña.

[3] Este acontecimiento quedó reflejado en el cuadro el “Cálculo del acimut”.

[4] Documento oficiales por los que la Iglesia Católica confirma que un libro o una obra no contiene errores y su lectura es recomendable para los cristianos.

[5] Arquitecto y masón  del siglo XVI.

 

Para Saber Más:

Rico, Armando, Titulcia y la Cueva de la Luna, Graficas Lormo, 1984.

Ramos, Javier, Lugares Mágicos de España, Círculo del Misterio, 2018.

 

Fuentes de las fotografías:

1.- www.dondeviajamos.com

2.- 

3.- www.caballipedia.es

4.- www.cadenaser.com

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