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Un documento de 1768 recoge el avistamiento en el cielo de la comarca de Guadix de un extraño globo luminiscente que explotó y pudo caer en el mar, según testigos de la época.
El primer Objeto Volador No Identificado de la historia de España, al menos, del que tenemos documentación escrita hasta el momento, data de 1768, cuando, según recoge un documento de la época, un extraño “globo luminiscente” explotó y pudo caer en el mar. El misterioso fenómeno fue visto en la comarca de Guadix, donde, al parecer, hubo diferentes testigos que corroboraron el avistamiento.
Serían las siete del día 18 de septiembre de 1768, una mañana clara y limpia, cuando en el cielo, varios vecinos de la comarca de Guadix distinguieron en el cielo un extraño objeto luminiscente que parecía estallar en llamas y volar a gran velocidad hacia el norte. Dicho objeto fue visto también en algunos puntos de la Alpujarra. Un objeto que describieron como “un globo tan cristalino como el agua más pura, de figura de una gran botella, con el cuello retortoso y dilatado saliendo por encima de la Sierra Nevada”. Poco después, el misterioso objeto, se descompuso en una bola de fuego y chispas.
El documento, escrito a mano y en castellano de la época, fue descubierto en 2005 por dos investigadores de Socuéllamos (Ciudad Real), Francisco Javier Escudero y Vicente Morales Becerra, en la Sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional. Uno de estos investigadores acudió al programa Milenio 3, del conocido periodista y divulgador, Iker Jiménez. A partir de ese momento, muchos aficionados y páginas en internet han hecho referencia al misterioso objeto visto en los cielos de Guadix. Algunos de ellos, abrazando la hipótesis de un vehículo o nave de origen extraterrestre. Sin embargo, por la propia descripción, es mucho más probable que se tratara de algún tipo de bólido o meteorito que entrara en la atmósfera terrestre, explotando y fragmentándose antes de caer en la tierra.
No obstante, tampoco podríamos descartar otras hipótesis, como la posibilidad de que se tratara de algún tipo de prueba de globo aerostático. Porque si bien es cierto que se considera que el vuelo de 1783 de los hermanos Montgolfier, fue el primer vuelo de un ingenio de estas características, la realidad es bien distinta, pues con anterioridad, en la Portugal de 1709, se logró volar un artefacto diseñado por el jesuita Bartolomeu Lourenço de Gusmão, que denominó “passarola”. Dicho vuelo, que impresionó a todos los testigos, logró elevar una especie de barcaza de madera a una altura de tres metros. Por desgracia, la Inquisición se posicionó en contra de las investigaciones de este jesuita brasileño e incluso destruyó todo el material y textos de la investigación.
Recordemos, también, que el primer el texto considerado en la actualidad como el primer texto de la aeronáutica moderna, Sketch of a Machine for Flying in the Air (Esbozo de una máquina para volar por el aire) se publica en 1716, en el que su autor, Emanuel Swedenborg, avanza muchos de los principios de los modernos aviones, desde las alas a la “barra en espiral” o hélice de los primeros aeroplanos.
Y es que ya en el siglo IX, el malagueño Abbás Ibn Firnás, logró “volar”, o al menos amortiguar la caída, usando una gran lona. Razón por la que se le considera el padre del paracaidismo. Aunque es probable que también, años más tarde, lograra ser el primer andaluz en volar –según los testigos durante diez minutos –gracias a un ingenio de alas fabricadas en madera y seda. También, en China, inventores de la cometa, desde el siglo VI hay documentos de hombres que volaron ayudándose de cometas.
Con todos estos datos, no queremos afirmar ni desmentir nada. Después de leer atentamente las descripciones, consultar diferentes fuentes y opiniones, y desde nuestra humilde opinión, el suceso de Guadix de 1768 se debió a un bólido, a un meteorito que entró en nuestra atmósfera. No obstante, creemos necesario destacar, también, que a lo largo del siglo XVIII se realizaron muchísimos experimentos y estudios para lograr uno de los grandes sueños del hombre: poder volar como las aves. Y que sobre todo, más allá de aquello que vieran nuestros antepasados hace tres siglos, lo importante del documento es comprobar cómo el hombre siempre ha sentido una fascinación al observar el cielo y ha sentido la necesidad de contar aquello que veía y a veces, no podía comprender.
Quizás, aquel avistamiento no sea más que un meteorito surcando nuestra atmósfera. Pero ¿acaso no es fascinante la observación de estos fenómenos?
Transcripción del documento original de 1768 sobre el bólido de La Calahorra Extraído del archivo de los Duques de Osuna en el Archivo Histórico Nacional (Toledo). Sección Nobleza. Signatura: Osuna, C. 3269, D. 14. «El día 18 de septiembre de 1768, siendo como las 6 y tres cuartos de la mañana, estando muy serenada y clara se apareció en el horizonte de la villa de Calahorra del Marquesado del Cenete, reino de Granada, un globo tan cristalino como el agua más pura, de figura de una gran botella, con el cuello retortoso y dilatado saliendo por encima de la Sierra Nevada por la parte meridional de esta villa y llevando su rumbo con bastante velocidad hacia el septentrional donde están las sierras de Baza, llevando delante lo grueso este fenómeno, y lo delgado detrás como centelleando dejando conforme caminaba dos líneas de espeso humo que se conservaron separadas, hasta que se deshizo el globo, convirtiéndose en fuego y chispas, a manera de las que arrojan los cohetes que llaman de luces o lágrimas sobre las sierras de Baza, al parecer de los que lo vieron con más reflexión pasando por encima de esta población y aún instante de desecho el globo, se sintió un estruendo espantoso a manera de un gran trueno, que corrió las propias líneas de humo reduciéndolas a una, desvaneciéndose esta a poco rato; siendo este ruido tan extraño a las gentes que las dejó llenas de pavor y pasmo, notando que al pasar por encima de ésta villa se retemblaron sus edificios. Tuvo igual duración el trueno que el fenómeno y en todo sería la de 6 minutos a corta diferencia, su elevación parece fue bastante por las noticias que hay de haberse observado en esta comarca en iguales circunstancias que aquí y de la Alpujarra que está a la parte del mediodía se sabe que le descubrieron venir de hacia el mar; el día se mantuvo sereno aunque con un viento corto de norte finísimo, sin haber llovido antes».
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Fuentes de las fotografías: