Escucha nuestro podcast en «Días de Radio» (Candil Radio) – (04/03/2021)
Un clásico de la ufología española que por fin tiene una explicación.
Hablar de Canarias es hablar de belleza y también, cómo no, de misterio. Son muchos los enigmas que rodean estas tierras, desde su pasado guanche hasta las últimas oleadas de ovnis que se avistaron durante el confinamiento. Pero sin duda, si hay un caso –o mejor dicho– casos que llaman la atención fue la sucesión de avistamientos que se vivieron en la década de los años setenta del pasado siglo.
En concreto, resaltan cinco grandes avistamientos que llamaron mucho la atención en aquellos años e incluso despertó el interés de los medios de comunicación.
El 22 de noviembre de 1974 se observó hasta en tres ocasiones ascender en el cielo un gran resplandor rojo que parecía generar una esfera luminosa en el cielo.
El 22 de junio de 1976 un turista logra fotografiar una semiesfera brillante que asciende en el horizonte.
Sólo unos meses después de aquel segundo avistamiento, el 19 de noviembre de 1976, se aprecia un punto luminoso en el cielo que parece ascender en forma de espiral y acaba expandiéndose hasta adquirir un diámetro gigantesco.
El 24 de marzo de 1977 un objeto no identificado surge del mar y da en el cielo un resplandor que se prolonga durante casi diez minutos.
El 5 de marzo de 1979 una multitud de círculos concéntricos de diferentes colores son divisados en el cielo. Parecen moverse dejando una estela de luz que forma algo así como “una campana gigante” en el cielo. Fue visto por miles de personas y se lograron muchas fotografías del fenómeno.
Todos estos avistamientos presentan unas características comunes: la primera y más llamativa es el tiempo de avistamiento, que se prolongaron en todos los casos durante más de media hora. Una duración inusual en este tipo de fenómenos. En segundo lugar, llama la atención que el suceso pudo ser observado desde múltiples localizaciones a mucha distancia entre ellos. De hecho, todos los avistamientos se pudieron observar desde Tenerife, La Gomera, La Palma y Gran Canaria. Es cierto que muchos reportes ovnis –de hecho los que menos dudas generan– son aquellos que pueden ser vistos simultáneamente por testigos diferentes, sin relación entre ellos, y desde puntos de observación diferentes. Sin embargo, es raro encontrar casos tan multitudinarios y sobre todo que puedan observarse en un área tan amplia. Hay que tener en cuenta que fueron observados desde prácticamente todo el archipiélago, lo que ofrece puntos de observación en un área de más de 1200 kms., si incluimos las aguas canarias.
Aquellos avistamientos generaron multitud de testimonios e investigaciones, dando lugar a obras y ensayos como Los gigantes de Gáldar y los avistamientos canarios[1]. Incluso Rockefeller se interesó tanto por el asunto llegando a financiar una investigación, cuyas conclusiones están aún en manos de la Casa Blanca y del Congreso de los EE.UU.
Gran parte de la popularidad, sobre todo del OVNI de 1976, se debió tanto al número de los testigos y material gráfico que se obtuvo, como al testimonio de un médico que iba de urgencias a atender un parto a la población de Gáldar, en Gran Canaria. Según este médico, ya fallecido, pudo observar una esfera luminosa, casi translucida, en cuyo interior vio a dos humanoides de elevada altura, vestidos de rojo. La esfera, según aquella descripción, medía unos 25 metros de diámetro, y al parecer, también provocó la quema de un campo de cebollas cercano.
Acerca de este avistamiento se pueden encontrar aún muchos videos en Youtube que narran la historia, así como innumerables post en blog y web de temática ovni o de misterio. Sin embargo, investigaciones posteriores han probado que se trató de una “intrusión”, probablemente tanto de pruebas balísticas –en especial de los misiles Poseidon C-3 estadounidenses– y aeronaves norteamericanas y rusas.
Hay que recordar que en aquella época, cuando la Guerra Fría aún estaba dando sus últimos coletazos, el KGB soviético disponía de una base operativa en las Islas Canarias, con la empresa Sovhispan[2] como tapadera. Porque, aunque en teoría los rusos se iban a limitar a la defensa de sus intereses pesqueros en la zona, lo cierto es que acabaron infiltrando toda la economía y sociedad de las islas. Y es que, pese a la persecución del comunismo por parte del régimen de Franco, la dictadura permitió que barcos rusos entraran y salieran de Canarias como de su propia casa. Más de 82.000 marineros rusos constituían la población flotante de esta comunidad en las Islas Canarias. Muchos de ellos, también eran espías o tenían conexiones con los servicios secretos rusos.
Esta situación hizo que Canarias fuera un campo de batalla para el espionaje y que sus aguas constituyeran uno de los principales escenarios de la guerra secreta naval entre la OTAN y el Pacto de Varsovia.
La ambigüedad del régimen de Franco, que se alineó con los EE.UU desde 1953, con el Pacto de Madrid, y sobre todo desde 1959 con la visita del presidente estadounidense Dwight D. Eisenhower, acordándose las creación de las bases militares de Morón, Rota y Torrejón de Ardoz, se explica por la necesidad del propio régimen de mantener cierta distancia respecto a los norteamericanos. EE.UU. había apoyado a Franco desde el comienzo de la Guerra Civil en 1936, aunque la sociedad estaba dividida. Formalmente, Roosevelt apoyaba la II República, por considerarla legítima, pero extraoficialmente no se fiaba de ella y temía que acabara siendo un títere de Moscú. Por otro lado, los católicos norteamericanos apoyaban de modo casi fanático a Franco y presionaron para que EE.UU. mantuviese la neutralidad militar. Además, recaudaron dinero para las tropas nacionales y lograron que empresas como Texas Oil, no sólo no suministrara combustible al bando republicano, sino incluso que llevaran barcos petroleros que habían contratado los republicanos al puerto de Tenerife, el cual controlaban las tropas de Franco. Por otro lado, los sectores más liberales de EE.UU. se volcaron a favor de la República e incluso constituyeron el llamado Batallón Abraham Lincoln, de voluntarios que lucharon por la República en las Brigadas Internacionales. Aquellos hombres, aunque tenían una gran experiencia en combate y muchos volvieron a luchar en la II Guerra Mundial contra los nazis, se les impidió cualquier ascenso o condecoración militar, pues fueron considerados sospechosos de ser aliados del comunismo.
Pese a la ayuda recibida de EE.UU., Franco se alineó con la Alemania de Hitler, aunque evitó entrar en el conflicto jugando con inteligencia a dos bandas. Canarias fue, durante los setenta, la continuación de aquellos equilibrios diplomáticos que ya se habían iniciado durante la misma Guerra Civil. Era una forma de contentar a los americanos, pero hacerles saber que igual que en Canarias, podría abrir más puertos en África e incluso en la Península a los rusos, con el desequilibrio estratégico que aquello suponía.
Teniendo en cuanta esta situación y tras diversas desclasificaciones, nadie duda que aquellos avistamientos de los años setenta en las Islas Canarias, fueron consecuencia de las pruebas militares que rusos y norteamericanos hacían en la zona.
Investigadores como Jesús Callejo son también de esta opinión, considerando que los OVNIs que se vieron en las Islas Canarias en aquellos años eran “intrusiones” en espacio aéreo y pruebas balísticas realizadas en el marco de la Guerra Fría tanto por rusos como por norteamericanos.
Queda resuelto, por tanto, el misterio. Y es que, al igual que hay que informar acerca de todo aquello que resulta inexplicable, hay que ser también honesto y reconocer que no todo son extraterrestres. Que muchas veces gran parte de los avistamientos han podido ser explicados años después, con motivo de la desclasificación de documentación militar o el propio paso de la historia. Resulta sorprendente que algunos aún se esfuercen en relatar aquellos avistamientos, buscando el sensacionalismo, cuando ya sabemos que tras aquellas misteriosas luces que surgían del mar estaba la mano del hombre y la obsesión por la guerra y las armas.
Quizás a muchos no les guste el modo en el que hemos tratado este tema y alguna otra ocasión en la que hemos hablado de los OVNIs. Vaya por delante nuestras disculpas, pero no nos gusta mentir ni ocultar información para dar pábulo a nuestras versiones de los acontecimientos. No es que seamos incrédulos, es que estamos convencidos que la única manera de abordar el misterio de los OVNIs es desde el rigor, siendo capaz de reconocer cuando nos hemos equivocado o cuando aquello que en un momento determinado fue un misterio, ahora deja de serlo.
Podríamos decir lo mismo de los famosos Círculos de las Cosechas, los cuales sabemos que son hechos por el hombre (actualmente hay grupos de artistas que continúan fabricando aquellos círculos), pero que durante muchos años fueron objeto de todo tipo de especulaciones, muchas de las cuales aún hoy continúan.
Cuando nos adentramos en temas tan inquietantes y difíciles de investigar, es lógico que muchas veces nos equivoquemos, o incluso que nuestras hipótesis acaben por ser desmentidas. No hay nada malo en ello. Buscar la verdad supone estar dispuesto a equivocarte muchas veces. Por eso no entendemos como hay quienes continúan especulando en busca de un sensacionalismo inútil –incluso contraproducente– o empeñados en encontrar argumentos que demuestren que llevan la razón.
Notas al pie:
[1] Autor: Manuel Borraz. La obra fue publicada originalmente en Cuadernos de Ufología (Santander, 1992).
[2] En realidad era una empresa participada por la sociedad estatal rusa Sovrybflot.
Para Saber Más:
¿OVNIS o misiles? Juzgue usted mismo. Artículo de Ricardo Campo Pérez, puede leerse en
https://web.archive.org/web/20080918063509/http://www.anomalia.org/g006.htm
Fuentes de las fotografías:
2.- www.abc.es