El asombroso caso de las embrujadas de Loudun.

Escucha nuestro podcast en «Días de Radio» (Candil Radio) – 23/09/2021

 

Las posesiones demoníacas son uno de los aspectos más llamativos y aterradores relacionados con la Iglesia Católica. Multitud de libros y películas nos hablan de ellas. Pero hoy nos centraremos en uno de los casos de posesión colectiva más impresionantes de la Historia: el caso de las Embrujadas de Loudun.

 

En aquellas religiones que contemplan la existencia de entidades de carácter diabólico o demoníaco, “poesión demoníaca” se refiere al control total, ya sea constante o intermitente, de estas entidades sobre un ser humano o una colectividad. En la Iglesia Católica ha sido una constante durante toda su historia, desarrollando la figura de carácter institucional del exorcista, siendo su representante quizá más polémico y arquetípico el conocido como Padre Amorth, fallecido el día 16 de septiembre de 2016 con 91 años, y que ejerció como exorcista de la Diócesis de Roma.

Se crea en ellas o no, las posesiones demoníacas y todo lo relacionado con ellas son de un aterrador innegable. Pero hoy venimos a hablaros de una de las más impresionantes que han sido relatadas: el asombroso caso de las Embrujadas de Loudun.

 

Los antecedentes: Loudun.

Loudun es una población francesa que dista 300 kilómetros de París, la capital. En una época en la que los protestantes hugonotes habían superado a los católicos en número, la necesidad de crear alguna institución que se esforzase por revertir la situación se volvía cada vez más urgente. Ahí es donde entran en esta escalofriante historia las monjas ursulinas.

La Iglesia, decidida a mantener su influencia en la zona, fundó un convento de esta orden en el año 1626. Inicialmente fueron 17 las religiosas católicas que formaron parte de él. Entre ellas destacó rápidamente la figura de una joven de baja estatura con visibles signos de haber sufrido una enfermedad en su niñez, y que había entrado en las ursulinas de Poitiers con apenas 20 años. Se llamaba Juana de los Ángeles[1].

Esta muchacha tomó posiciones muy rápido dentro de la orden, siendo elegida madre superiora del convento de Loudun contando apenas con 27 años de edad: siete años después de haber sido ordenada. Y es aquí donde entra un nuevo e inquietante personaje. El Padre Grandier.

 

¿Quién era Urbain Grandier?

Sacerdote de la parroquia de St Pierre du Marche desde 1617, destacaba por su belleza, oratoria y saber estar. Pero si algo destaca de Grandier era su desapego al tradicional voto de castidad al que están obligados los sacerdotes católicos. Son conocidas las correrías con mujeres de este “pájaro espino” de nuestra peculiar historia de hoy, destacando su relación con Philippe Trincant[2], que era hija del fiscal del rey en Loudun, Louis Trincant.

Los sermones de Grandier hacían que muchas de las mujeres que acudían a escucharle deseasen atraerle antes que otras personas a sus reuniones sociales, tan importantes en la época, o convertirlo en su confesor particular. Este sacerdote llegó a convencer a una de ellas, llamada Madeleine de Brou, para casarse con él en una ceremonia tan secreta como fuera de lo común, en la que cumplió tanto el rol de novio como el de sacerdote.

Rencillas y enemigos.

Como ya adelantamos anteriormente, Grandier dejó embarazada a la hija del fiscal del rey, Louis Trincant. Eso llevó al fiscal a tener que buscar un matrimonio de conveniencia, desarrollando hacia el elegante y embaucador sacerdote un claro deseo de venganza.

Debido a las actitudes y acciones de Grandier, se granjeó multitud de enemigos. Uno de sus primeros problemas llegó con su enfrentamiento con Jacques de Thibault, que estaba a las órdenes del archiconocido Cardenal Richelieu, llegando a golpearse en una trifulca. Grandier, que gozaba de muchos y buenos contactos, viajó a la capital de Francia para quejarse de Thibault ante el monarca Luis XIII, recibiendo a su vez la contrapartida de denuncias sobre sus conductas inmorales ante el Obispo de Poitiers.

Aunque fue detenido (no está de más destacar que la investigación estaba siendo dirigida por su enemigo, el fiscal Louis Trincant), recluido y obligado a dejar sus funciones religiosas, poco después consiguió salir de la cárcel a través de sus influencias al haber solicitado amparo al Obispo de Burdeos, siendo liberado y restituido en sus funciones parroquiales.

No contento con las enemistades que ya había conseguido volver prácticamente crónicas, al oponerse abiertamente a las órdenes de Richelieu en relación a la fortaleza de la localidad, consiguió ponerse en contra al todopoderoso ministro del rey.

 

El convento de las monjas ursulinas: el extraño caso de la posesión colectiva.

La madre superiora Juana de los Ángeles había solicitado a Grandier ser el confesor de las monjas, a lo que se negó, tomando dicha función el canónigo Mignon, rival del primero en la carrera eclesiástica.

Finalizando el año 1632 las ursulinas comenzaron a reportar extraños casos de apariciones y sucesos paranormales dentro del convento. No puede saberse con seguridad si todo obedecía o no a un plan de Mignon para acabar con la figura de Grandier, pero lo cierto es que en connivencia con el Obispo de Poitiers, se decidió llamar a los exorcistas de Veniers y Chinon, localidades vecinas.

Comenzaron los exorcismos, y muchas de las habitantes del convento de Loudun, ante las oraciones y los conjuros, así como los diversos artilugios utilizados por los encargados de exorcizarlas, sufrían convulsiones, gritaban y proponían acciones contrarias a la moral católica a los sacerdotes encargados de tan maquiavélica tarea. Entre ellas estaba la madre superiora: Juana de los Ángeles.

Las monjas hablaban de sueños con un altísimo contenido erótico, y hasta declaraban conocer el estar poseídas por dos entidades diabólicas llamadas Zabulón y Asmodeo, llegados allí cuando Grandier había arrojado un ramo de rosas hacia adentro del convento. Aunque el sacerdote intentó liberarse, esta vez sus contactos no fueron suficientes…

Grandier, acusado de brujería.

Cuando la información de la acusación de brujería llegó a las manos de Richelieu, consiguió que el caso siguiese adelante. En 1633 se arrestó a Grandier y se reactivaron los exorcismos a las ursulinas. Mientras se buscaban pruebas de brujería en Grandier que apuntalasen un resultado condenatorio en el proceso, se llegaron a acometer acciones como clavar un estilete hasta el hueso en diversas zonas del cuerpo del sacerdote, buscando marcas de insensibilidad que, se creía, nacían cuando se tenía contacto con el demonio.

En el mes de julio del año 1634, un tribunal con Laubardemont como presidente, comenzó a juzgar a Grandier. Aunque constantemente negaba las acusaciones vertidas contra él, el día 18 del mes de agosto del mismo año fue condenado a morir en la hoguera. A pesar de haberle sometido a muchísimas torturas, y con la promesa de una muerte menos violenta si confesaba, nunca admitió haber sido hechicero o haber tenido contacto con el diablo.

Sorprendentemente, según cuenta la historia, tras la muerte de Grandier los exorcismos continuaron debido a que las posesiones no parecían remitir. La principal protagonista parecía ser Juana de los Ángeles, que defendía haber conseguido derrotar al demonio Balaam y que el mismo San José la había curado milagrosamente derramando óleo sobre ella.

Todo esto fue aprovechado por la madre superiora de las ursulinas, viajando por todo Francia y siendo recibida por el mismísimo Richelieu y la reina Ana de Austria. Falleció de una hemiplejia en 1665.

 

Conclusión.

Si fue o no un montaje, como en otras ocasiones que hablamos de estos temas tan escabrosos e inquietantes, lo dejamos a la opinión de cada uno de nuestros seguidores. Nuestra función es contar una historia. Y eso hemos hecho. Cierto o no cierto, el caso de las ursulinas de Loudun es uno de los episodios de posesión más impresionantes de la Historia. Y queríamos traerlo aquí hoy sin olvidar que las posesiones no son ideas o creencias del pasado más remoto: os animamos a buscar información sobre el Obispo de Solsona, Xavier Novell, antaño azote de homosexuales y representante de la “caverna” más retrograda, que ha dejado los hábitos por el amor que profesa a una escritora de relatos erótico-satánicos. La Iglesia Católica dice creer que está poseído por el diablo. ¿Se someterá a un exorcismo quien era tan partidario de ellos?

 

Notas al pie:

[1] Este era su nombre en la orden religiosa a la que pertenecía. Su nombre de nacimiento era Jeanne de Belcier.

[2] Una teoría defiende que Grandier era el padre del hijo ilegítimo de Philippe.

 

Para saber más:

www.historia.nationalgeographic.com.es

www.es.wikipedia.org

www.labrujulaverde.com

www.khronoshistoria.com

 

Fuentes de las fotografías: 

1.- www.historia.nationalgeographic.com

2.- www.historia.nationalgeographic.com

 

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