Angélique Cottin: El misterio de la niña eléctrica.

Escucha nuestro podcast en «Días de Radio» (Candil Radio) – (28/01/2021)

 

Uno de los primeros casos documentados de psicoquinesis, que apunto estuvimos de considerar una leyenda de internet, hasta que investigando acerca del “mesmerismo” para otro futuro artículo, nos encontramos con una prueba irrefutable de la autenticidad de los hechos.

Todo comenzó en el pequeño pueblo francés de  La Perriere, a las ocho de la noche del 15 de enero de 1846. Un grupo de adolescentes, entre las que se encontraba la joven Angélique Cottin, de catorce años de edad, estaban tejiendo guantes de seda, en ese momento la rueca que usaban comenzó a temblar como si estuviera viva, movida por unas manos invisibles. Todas las niñas se asustaron y huyeron a contarles a sus padres y familiares lo que acababan de presenciar.

Como suele ocurrir con estas cosas, nadie las creyó, pero al menos lograron que algunos vecinos acudieran al lugar a observar que había pasado. Extrañamente, todo estaba en orden, como si nada hubiese pasado. Pero entonces, cuando las niñas iban a ser castigadas por inventar aquel engaño, llegó Angélique y todas las ruecas comenzaron a moverse solas de nuevo.

Las amigas y algunos de los vecinos comenzaron a gritar, asustados. Angélique, sin embargo, estaba tranquila. No era la primera vez que le había pasado algo así y sabía que no tenía razón para asustarse. Sin embargo, sus propios padres, al principio, quedaron aterrados ante el descubrimiento y creyeron que su hija estaba poseída por un demonio.

Por suerte, con buen criterio, el párroco entendió que aquel fenómeno, aunque inexplicable, no tenía nada de demoníaco y aconsejó que la niña fuera al médico y se investigara lo que le sucedía desde un punto de vista científico. Sin embargo, nadie parecía poder dar una explicación al fenómeno, y mientras, los objetos pequeños volaban hacia la joven Angélique como si fueran atraídos por un imán, mientras que los muebles más grandes y pesados vibraban con la sola presencia de la chica en la habitación o al pasar por la puerta.

Lo más extraño, sin embargo, era que la gente que se acercaba a Angélique o la tocaba, notaba una descarga eléctrica. Razón por la que a la postre acabó conociéndose como la “la niña eléctrica”.

La fama de la joven se acrecentó y media Francia hablaba, entre la incredulidad y el miedo, de la joven campesina que protagonizaba aquellos extraños fenómenos.

Esta curiosidad que despertaba su hija fue explotada comercialmente por los padres que la llevaron a un circo de París para mostrar sus extraños poderes, asombrando a la sociedad parisina de la época.

Tal fue el revuelo que suscitó la joven Angélique Cottin, que el médico Stanislas Tanchou y el físico y astrónomo francés, François Arago, estudiaron el caso. No eran ningunos cualquiera. Tanchou pasó a la historia por sus estudios sobre la distribución del cáncer en Paris y en las zonas rurales circundantes, en el que se considera el primer estudio estadístico de la incidencia de muertes por cáncer en el mundo, aventurando que la enfermedad no sólo estaba aumentando ya en aquella época, sino que lo seguiría haciendo en el futuro. Fue uno de los médicos más afamados del París de su época. Respecto a Arago, sobran casi las palabras. Además de genial físico, que desarrolló el que se conoce como punto de Arago, un experimento para dilucidar entre la naturaleza corpuscular u ondulatoria de la luz, sus descubrimientos y trabajos astronómicos han llevado a que un asteroide lleve su nombre, así como dos cráteres, uno en la Luna y otro en Marte. Y por si fuera poco, fue también uno de los políticos más notables de la época, llegando a ser Jefe del Gobierno de la República de Francia.

Estos dos grandes hombres pudieron verificar que los fenómenos entorno a Angélique eran ciertos y no obedecían a ningún tipo de timo o farsa. Al contrario, comprobaron que cuando la gente recibía aquellas “descargas eléctricas” el pulso de la joven se aceleraba hasta las 120 pulsaciones. También corroboraron que los fenómenos eran estacionarios en el tiempo, ocurrían siempre entre las siete y las nueve de la noche. Nunca antes y nunca después.

También pudieron comprobar que el lado izquierda (brazo y pelvis) de la joven aumentaba de temperatura corporal respecto al lado derecho cuando se producían estos fenómenos. Y que los objetos siempre parecían desplazarse en dirección norte.

Arago creyó que todo se debía al electromagnetismo y publicó un informe en febrero de aquel año. Investigación que pasa por ser una de las primeras fuentes documentales de fenómenos paranormales (en especial la telequinesis o psicoquinesis1) de la historia.

En abril de aquel 1846, igual que el fenómeno apareció, desapareció sin causa ni explicación aparente. Durante todo aquel periodo, la joven Angélique gozó de buena salud y no parece tampoco que sufriera ningún tipo de enfermedad o trastorno mental.

Post Data:

Tentados hemos estado de considerar esta cuestión como una leyenda urbana surgida y difundida por internet, porque por más que hemos intentado indagar y consultar periódicos de la época, no hemos dado con información que acredite el relato. Tampoco con ningún informe escrito por Arago. Sin embargo, si hemos dado con una obra, ya objeto de colección, titulada Enquête sur l’authenticité des phénomènes électriques d’Angélique Cottin y publicada en 1846, cuyo autor es el doctor Tanchou. El libro está digitalizado y se puede encontrar por internet. Lamentablemente, no hemos podido confirmar la autenticidad del libro digitalizado ni la fidelidad de nuevas ediciones que se han hecho. Sí hemos podido confirmar, no obstante, que este libro existió y fue bastante popular en la época, pues hemos encontrado referencias al mismo en obras muy cercanas en el tiempo, como en L´art de Magnetiser ou le Magnétisme Animal de Lafontaine, editado en París en 18472, sólo un año después de la publicación del trabajo de Tanchou. Razones por la que consideramos que el hecho fue real y que aún hoy en día ha sido imposible de explicar. Tampoco sabemos nada de qué fue de la joven Angélique Cottin, ni se repitió o no alguna vez estos sucesos. Prometemos seguir investigando y sumando documentación al tema. Os mantendremos informados.

 

Notas al pie:

1 Capacidad o habilidad de influir con la mente en el plano físico sin que medie ninguna acción o interacción física.

2 Nos consta la existencia de una publicación en español de la obra de Lafontaine de 1910.

 

Fuentes de las fotografías:

1.- www.moopio.com

2.- www.biografiasyvidas.com

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