30 de febrero: el día que solo existió una vez.

Escucha nuestro podcast en «Días de Radio» (Candil Radio) – 24/02/2022

Todos sabemos que el mes de febrero trae 28 días, y uno más, 29, si es año bisiesto. Lo que no todo el mundo sabe es que existió un 30 de febrero, aunque su existencia fue tan efímera que en realidad se conoce como el día que sólo existió una vez.

Fue en 1712, en Suecia, la primera y única vez en la historia de la humanidad que se incluyó el 30 de febrero en el calendario. Veamos por qué:

Sabemos que los primeros calendarios tenían un origen soli-lunar. Esto es, se organizaba el tiempo contando lunas transcurridas desde algún evento solar, en especial los solsticios de invierno y verano, pero también –según la cultura y la época– los equinoccios. Con el tiempo, también se incorporaron eventos de carácter político. Por ejemplo, el tercer año del faraón o el emperador tal o cual. Pero es evidente que este sistema, además de complejo, no era muy práctico. Así que con el tiempo –y nunca mejor dicho–, los calendarios fueron desligándose de las fases lunares y los ciclos del sol, salvo en lo que a los calendarios religiosos se refiere, que continúan siguiendo este arcaico cómputo. La Pascua de Resurrección, por ejemplo, es el domingo inmediatamente posterior a la primera Luna llena tras el equinoccio de marzo, de aquí que la Semana Santa sea una fecha móvil.

Los primeros calendarios solían tener una cuenta de diez o décima. Es decir, las semanas solían ser de diez días y los años de diez meses. La razón es muy simple: y aunque algunos se empeñan en buscar explicaciones esotéricas, es porque tenemos diez dedos entre las dos manos, lo que facilitaba contar en una época en la que eran muy escasas las personas letradas.

Este calendario de diez meses duró hasta que los emperadores quisieron estar presentes hasta en el pasar del tiempo y se introdujeron los meses de Julio –Cesar– y Agosto –Augusto–. Por eso, noviembre y diciembre, que significan mes nueve y mes diez, fueron desplazados hasta convertirse en el onceavo y doceavo mes.

Julio César, hará como unos 2.000 años, impuso este novedoso calendario, que en la actualidad recibe el nombre de Juliano y que contaba con numerosas características del calendario actual. Por ejemplo, que se alternaban los meses de 30 y 31 días, y que cada 4 años debía corregirse con un bisiesto. No obstante, este día no se añadía al finalizar ningún mes, sino que se sumaba un día nuevo entre el 23 y 24 de febrero. La razón de esto hay que encontrarla en la tradición romana de dividir el mes tres periodos conocidos como Idus, Calendas y Nonas. Así que les venía bien hacerlo de aquel modo. Aquellos días se conocían como mercedonios, o intercalares.

Algunos se preguntarán ¿y por qué se incorporaron los meses de Julio y Agosto tras el solsticio de verano? ¿Había alguna razón especial para ello? Sí y no. En realidad sólo los meses de “luz”, es decir, aquellos que empezaban entre el solsticio de inverno y el solsticio de verano, cuando el sol va haciéndose fuerte y los días son cada vez más largos, tenían nombres relacionados con alguna divinidad:

Enero: Ianuarius, en honor a Jano.

Febrero: Februarius, en honor a la diosa FEBRUA, madre de Marte, así como de Febrio o Plutón, nombre latino del Hades griego, el raptor de Perséfone.

Marzo: Martius, en honor a Marte.

Abril: Aprilos, en honor a Venus, Apru en etrusco.

Mayo: Maius, en honor a  Maya, madre de Mercurio. Maia se encargaba de la fertilidad agrícola, a la que los romanos la llamaban Bona Dea, y su fiesta se celebraba este mes.

Junio: Iunis, en honor a Juno, la reina de los dioses, protectora del hogar, de los matrimonios y de las mujeres.

Tras el solsticio de verano, cuando los días empezaban a menguar, los romanos, pueblo muy supersticioso, no consagraron ningún mes a ningún dios, y se les llamaba por el número que les tocaba: quintilis (quinto), sextilis (sexto), etc.

Es a Numa Pompilio  -segundo rey de Roma– a quien se le atribuye este calendario, que ya contaba con doce meses, para diferenciarlo del tradicional, que era etrusco. Hay que recordar, no obstante, que Numa es una figura prácticamente mitológica, a la que se le atribuyen muchísimas cosas, dado que actuó como una especie de «agente de los Dioses». Las leyes de Roma, por ejemplo, aunque se le atribuyen a él por ser el rey que las sancionó, fueron entregadas a Numa por la ninfa Egeria, además de numerosos textos sagrados y rituales para proteger la ciudad.

Julio César, en gran parte para buscar su identificación con Numa, muy venerado por el pueblo romano, decidió sustituir ese quitilis y sextilis por Julio y Agosto, como hemos dicho. Justo después de los Dioses, pero sin llegar a “usurpar” su lugar, pero antes de los meses numerales.

Bien: aunque esta decisión era política y tenía que ver sólo con Roma, el calendario estuvo vigente durante siglos (de hecho, continúa vigente en cuestiones religiosas en los países ortodoxos), hasta el punto que creo un desbalance, por lo que en 1582 el Papa Gregorio XIII tuvo que intervenir creando lo que hoy conocemos como el calendario Gregoriano. Se trata del calendario que usamos en la actualidad, pero no todos lo adoptaron al mismo tiempo. Y ahí es donde entra la curiosa historia del 30 febrero de Suecia.

Recordemos que para los romanos, incluido el calendario juliano, febrero tenía 30 días, y 31 en los años bisiestos.

Para adoptar el calendario Gregoriano, a partir de 1700 Suecia decidió omitir un día de cada año hasta llegar a 1710. Sin embargo, el plan principal fracasó. En 1700 se quitó un día, pero el resto de años no se redujeron por el inicio de la Gran Guerra del Norte.

Y como ya habían omitido el bisiesto de 1700, el emperador Carlos XII ordenó que en 1712 (otro bisiesto) se añadiera un día adicional al 29 de febrero, creando así el 30 de febrero por única vez en la historia desde las épocas de Julio César. Finalmente, Suecia adoptó el calendario gregoriano en 1753.

 

Fuentes de las fotografías:

1.- www.xsradio.mx

2.- www.canalhistoria.es

3.- www.pinterest.es

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.